dimecres, 1 de febrer del 2012

Reflexiones de dos sesiones de plástica

4ª sesión: Caballo

Ésta lámina es la que más feliz y orgulloso me ha hecho sentir. Tras haberle dedicado toda una tarde y en el momento en el que le he dado la vuelta al papel y he visto el dibujo que había realizado, he vuelto a coger el gusto por dibujar que perdí quizás hace unos veinte años.
Esta lámina consistía en copiar un caballo con su jinete con la misma técnica utilizada en la anterior.
Me ha demostrado que hay veces que nos conformamos con un no se hacerlo, o esto es imposible, pero que simplemente, si intentamos hacer las cosas, el único esfuerzo es ese: intentarlo.


5ª sesión: Manos

A priori la lámina más difícil que teníamos que realizar. Consistía en dibujar la mano izquierda en cuatro posiciones diferentes. Al contrario de las dos anteriores, aquí no es copiar línea por línea un dibujo, sino que es copiar un objeto directamente de la realidad.
Ha sido un trabajo muy costoso tanto por el tiempo empleado como por la desesperación de borrar una y otra vez hasta acercarme al resultado deseado.
A la hora de dibujar el perfil de las manos, la tarea ha sido más fácil de lo que pensaba. Las complicaciones han venido cuando he querido dibujar las líneas de las articulaciones de los dedos y de las manos. Una vez lo he hecho, parecía que todo lo que había hecho bien anteriormente se fue al traste. La forma de las manos era más o menos de mi gusto. Pero las nuevas líneas que había dibujado para caracterizar los rasgos interiores, han estropeado el dibujo.
Lo que he hecho ha sido difuminar estas líneas con el dedo. Sorprendentemente, me ha gustado el resultado.
Al final, ha sido mi segundo trabajo que me ha hecho sentir más satisfecho después del dibujo del caballo. 

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